
Me hubiera gustado dejar el post de Don Sixto más tiempo para que lo vieran, pero no puedo dejar de pensar en Ella.
Hoy cuando algunos lean este post, voy a estar cumpliendo 8 años de novio.
Lamentablemente hoy, cuando dieron las doce, en vez de estar en sus brazos, estuve alimentando mi otro amor, el periodismo, en un fukin tribunal federal, averiguando cuantas alianzas contuberniosas iban a participar de las elecciones de junio.
Cuando la conocí, bebía mucho más de lo que mi cuerpo podía soportar, ahora ocho años más tarde, sigo bebiendo igual pero mi cuerpo soporta mejor el alcohol (ja).
Cuando la conocí, me cerraba dos veces el cierre del pantalon, hacía sonar el despertador para chequear que al otro día funcione, cerraba la puerta caminaba unos metros y volvía para saber si estaba bien cerrada, erán demasiadas obsesiones para alguien tan desordenado como yo.
Cuando la conocí, pensaba que el amor era una circunstancia pasajera que se curaba con otra circunstancia igual.
Cuando la conocí, pensaba en otra todo el día, en otra que no era mía porque yo no quise.
Cuando la conocí, la soledad y la muerte (propia o ajena) no me causaban ningún escozor.
Cuando la conocí tenía miedo a la oscuridad y despertarme de noche era un martirio.
Ahora no cierro la puerta ni los cierres, me olvido del despertador, sólo pienso en ella, me da miedo morir y dejarla sola; ahora cuando me despierto de noche y la oscuridad me acosa la abrazo y vuelvo a dormir.
El amor me hizo libre.