
Los judios argentinos se han quejado, y con razón, del brote antijudio en nuestro país, pero su negativa a mirar los defectos del estado de Israel, es tan alarmante como las pintadas contra los desendientes de Moises.
Se quejan del antisemitismo en la Argentina, pese a que la mayoría de los judios argentinos no tiene descendecia semita, si la tienen en cambio los palestinos que viven en este país, pero ese es un tema aparte.
Israel le ofrece ciudadanía a todo aquel que pueda demostrar tener al menos un abuelo judio, SALVO QUE SEA NEGRO Y ETIOPE en ese caso hay un cupo. La cantidad de judios etiopes que pueden obtener su ciudadanía esta limitada. La pasada semana, Israel recibió a su último gran grupo de Falash Mura (así les dicen a los etiopes), 65 familias.
Los emigrantes etíopes han tenido serios problemas de asimilación en Israel, con trabajos poco cualificados, escaso dominio del hebreo y episodios de racismo, según informan los diarios independientes de Israel.
Las razones de este rechazo a los judios negros está claramente establecida en la frases de Guizat, un judio etiope de 32 años: "No quieren traer más judíos negros. Nos consideran poco educados. Si fuéramos europeos no habría problemas"