La “admirable” picardía criolla es algo de lo que siempre nos vanagloriamos los argentinos. En realidad, hacen gala de esa absurda cualidad en la tierra donde la letra ll ha dejado de existir al punto de convertirse en el absurdo y exagerado sha (ya) o sho (yo).
Hace unos años, varios ya, un señor de prominente patillas que políticamente se encuentra en coma vegetativo (y pronto en mejor vida), anunciaba “al gran pueblo argentino” desde la localidad de Tartagal, que íbamos a poder viajar a Japón en ¡Tan sólo una hora!
El por entonces presidente de la República Argentina, ante la falta de argumentos sobre la necesidad de mejorar la educación en nuestro país, sobre todo en aquella ciudad donde el analfabetismo era 10 veces mayor que en Buenos Aires, no tuvo la mejor idea que mandarse un cuento de galaxias y exclamar que nuestro país no podía quedar desenganchada del proceso universal (¿?), que se estaba viviendo a nivel mundial (1996).
Quiero compartir con ustedes extractos de su discurso (broma): «Esas naves que con todas las seguridades habidas y por haber van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratosfera y desde ahí elegir el lugar adonde queramos ir».
«En una hora y media podremos estar en Japón o en Corea», exclamó no sin aclarar que tanta euforia merecía aclaraciones. «Parece un sueño, pero está en marcha. No me lo contaron: yo recibí a los empresarios de la compañía de aviación estadounidense Lockheed».
¿Por qué la cita de este maquiavélico anuncio?
Parece que la presidencia, no es tan buena y desestresante como el rol de primera dama. Cristina K desde que asumió la conducción del Ejecutivo Nacional, tuvo más de un dolor de cabeza: Antonini, Botnia, INDEC, la energía eléctrica, en fin, varios temas que a poco de estrenar su mandato, ya aquejan a la Presidenta.
Quizás para desviar la atención del pueblo argentino, es que Cristina K, se mandó un cuento no de galaxias, pero si digno de preguntar ¡QUE MIERDA TIENE EN LA CABEZA!
Sabido es que el sistema ferroviario de nuestro país prácticamente ha dejado de existir gracias al mencionado ex presidente. Lamentable este añoso sistema de transporte desapareció, ya que todo país digno evolucionar debe hacer hincapié en sus vías de comunicación, sin dejar de mencionar las familias que dejó en la calle el cierre de los ferrocarriles argentinos.
La buena nueva (¿?), es que las ciudades de Córdoba, Rosario y Buenos Aires quedarán unidas por un tren bala. Sí leíste bien. Los trenes casi no existen, y si lo están, tan oxidados están por la falta de funcionamiento, que se echan a andar solos por los rieles (Mendoza).
En tan solo en 85 minutos los habitante de Buenos Aires podrán estar en Rosario y desde ahí hacia Córdoba en sólo 90 minutos más. El tren alcanzará velocidades de entre 250 km y 300 km por hora. La cifra original de la licitación fue de 1320,5 millones de dólares.
No estoy en contra de este proyecto, lo que generaría muchos puestos de trabajo, además de descomprimir un poco las ajetreadas y fatales rutas argentinas, pero ¿no debería contemplarse mejorar (o poner en funcionamiento), los ferrocarriles que ya existen en nuestro país?
¿Qué hacer con las vías que poco a poco desaparecen por el desuso?
Es irónico que creyéndonos los más vivos del universo, siempre haya alguien “elegido” por el pueblo que nos haga saber: A falta de caballos, troten los asnos.
Juan Pablo Sosa
Los 90
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Con todo lo perniciosa que fue para el país, hay un par de cosas que sí
extraño de la década de los 90: que no había inflación y que no había
grieta pelotu...
Hace 3 años
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